Este cuento forma parte de la serie Cuentos para niños de primaria una selección de cuentos para que los niños pequeños practiquen el abecedario al buscar las letras señaladas en la historia.

El nombre del protagonista del cuento, en este caso es César, pero también sale su mejor amigo Carlos ¿por qué unas veces la C suena como K y otras como S? Al contarle esta historia a tu hijo puedes explicarle que la c junto a la a, o, u tiene un sonido fuerte y junto a las vocales e, i suena como la «s».

Puedes descargar esta historia aquí o leerla online, es un documento en PDF, al final se incluyen propuestas de trabajo para que los niños practiquen el abecedario.

Cuento con la letra C

El carro de carreras de César

César tiene 10 años y lo único que desea es tener un carro de carreras.

-Mamá ¿me compras un carro de carreras?

-Ya tienes César, muchos.

-Pero todos son de juguete.

-Claro, los niños no pueden manejar un carro de carreras real.

-¿Por qué no?

-Porque es peligroso.

César estaba decepcionado, pero no se daría por vencido: si su mamá no quería comprarle un carro de carreras, él

construiría uno.

Le demostraría a todos que los niños sí pueden tener un carro de carreras.

-Necesito investigar cómo se fabrica un carro de carreras- le dijo César a Carlos, su mejor amigo.

-¿Para qué? ¿Vas a hacer uno?

-Vamos. Tú y yo, un trabajo como ése se hace en equipo.

-Está bien ¿qué hacemos primero?

-Ya te dije: investigar todo acerca de los autos de carrera.

Carlos y César buscaron información sobre carros de carrera en la biblioteca, en Youtube, en Wikipedia, en Google y

hasta platicaron con un mecánico. Descubrieron que dos niños sí pueden hacer un carro de carreras, siempre y

cuando trabajen mucho.

-Tardaremos como seis meses -dijo César.

-Creo que tardaremos como seis años – dijo Carlos.

-Bueno, entonces lo mejor es comenzar ahora mismo.

César y Carlos trabajaron y trabajaron durante mucho tiempo. A veces querían darse por vencidos,

pero no abandonaron su proyecto. Otras veces se peleaban, pero siempre volvían a ser amigos.

Y por fin, después de muchos años y mucho trabajo ¡César tuvo su carro de carreras!

Y lo pudo manejar porque César ya no era un niño, era todo un joven que disfrutaba de la emoción de competir a máxima velocidad.

FIN

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