Hace un mes y cinco días llegamos a Cuyutlán, Colima, un pueblo a la orilla del mar. La idea original era recorrer México en un año, hacer una pausa en la escuela de los chicos y conocer el país en el que nacimos, pero después de pensar y analizar decidimos, mis hijos y yo, que llevaríamos este proyecto más tranquilo así que elegimos Cuyutlán como primera parada de nuestro viaje pausado y estaremos aquí durante el ciclo escolar 2014-2015
Experiencias de una familia casi viajera
Los objetivos con referencia a la educación de mis hijos al hacer esta especie de viaje (porque después de este ciclo escolar nos iremos a vivir a otro estado del país) son:
1.- Desarrollar su inteligencia emocional: al vivir en diferentes lugares se conoce otras costumbres, estilos de vida y maneras de ver el mundo. Esto permite desarrollar la inteligencia emocional porque te involucras con las problemáticas y deseos de otras personas. Una experiencia que ya nos marcó fue sentir un temblor y pasar una noche en vela gracias a un ciclón que pasó por aquí. El viento rugía, las olas del mar cambiaron su rumbo por la fuerza del aire, la lluvia era intensa y los rayos caían a unos metros de la casa. Se fue la luz y no teníamos manera de comunicarnos con nadie. No sabíamos si salir o quedarnos en casa. Afortunadamente no pasó a mayores, la casa es sólida y resiste el viento, pero a diez pasos de donde estábamos se cayeron varios árboles. Pensamos en las personas que hemos conocido aquí, algunas de ellas viven en casas con techo de lámina y pasan esas horas rogando que su techo resista.
Creo que ahora apreciamos más las comodidades de la ciudad.
2.- Estudiar geografía de una manera divertida: no hay nada mejor que aprender sobre el mundo viajando. No es lo mismo que te cuenten qué es un manglar a que lo veas, no es lo mismo que te hablen de la riqueza de un ecosistema a que estés ahí y sientas la emoción de ver animales que no conocías o el miedo de enterarte que a unos metros de donde estás hay caimanes acechando a los peces incautos que nadan por ahí.
3.- Estar en contacto con la naturaleza: caminar por la orilla de la playa, ver iguanas al salir de la casa, ardillas trepando por el árbol (sí hay ardillas!!), lagartijas por las paredes… todo eso es maravilloso. He notado que estamos más relajados y apacibles desde que vivimos aquí.
4.- Salir de la zona de confort: creo que el aprendizaje mayor, para todos, es salir de la zona de confort, atrevernos a vivir nuevas experiencias, porque esta es la única manera de crecer, de conocer tus capacidades, de poner a prueba tu capacidad de resolver problemas.
Este mes ha sido de mucho aprendizaje, ser mamá soltera no es fácil y menos cuando vives en un sitio donde no conoces a nadie. Pero la gente es muy amable en cualquier parte y nos han recibido con los brazos abiertos. El mundo es un lugar maravilloso y estamos aquí para tener experiencias y, si es posible, para dejar este sitio un poco mejor de como lo encontramos.
Estas han sido nuestras experiencias de una familia casi viajera en este mes.
Te mando un fuerte abrazo.