Parecía ser un viernes normal de prisa para llegar a la escuela a leer el cuento de la semana, pero el día se transformó en una pequeña aventura por los problemas en la escuela que hubo ese día.

Problemas en la escuela

 La escuela primaria a la que asisten mis hijos es pública y tiene varios problemas que reflejan la situación de la educación en México. No me explico cómo podemos mantener en el poder a una Elba Esther Gordillo que no ha hecho más que destruir el futuro de tantos niños. La señora gana millones de pesos y en la primaria a la que asisten mis hijos (y estoy segura que este problema es común a otras escuelas) no hay recursos para pagarle a un maestro. Así es: la escuela carece de director, de asistente administrativo, de maestro de inglés, de maestro de educación física y ¡por si fuera poco! de maestro de sexto grado.

Actualización: metieron a Elba a la cárcel, pero ahora tenemos a ¡la reforma educativa de Peña Nieto! Mis hijos ya cambiaron de escuela porque ahora estamos viajando por México.

Imagina el problema que se presenta cuando, por causas de fuerza mayor, falta una maestra a su clase: un salón integrado por 34 niños tienen que repartirse entre diferentes grupos, esto impacta en e aprendizaje de los niños sin maestro y en los grupos que reciben a los peregrinos.

Pues el viernes en la mañana ese era el escenario en la primaria: el grupo de segundo no tenía maestra, la solución fue quedarme a dar clases a ser maestra suplente por un día.

¿Qué descubrí? 

El grupo de segundo está formado por 34 niños, aunque ese día asistieron 31. Sólo 23 niños habían hecho la tarea, 5 dijeron que olvidaron el cuaderno y el resto no hizo nada.

Los niños saben que el que trabaje recibirá un premio, me pregunto si esto no provoca que se agote el interés natural por aprender, la satisfacción de conocer algo nuevo no debería «comprarse» con un premio pues el aprendizaje tiene su recompensa intrínseca: los nuevos conocimientos o la satisfacción de hacer algo bien o mejor debería ser premio suficiente.

Los chicos se sientan de acuerdo a los lugares designados por la maestra, me imagino que esto es para que no hablen tanto, cada fila compite con las otras y la fila ganadora en los trabajos del día puede salir antes al recreo. Así que si en la fila se encuentra un niño que no trabaja al mismo ritmo de los demás todos «pierden» privilegios lo que resulta en un aumento de los malos tratos hacia el niño culpable del retraso.

Los niños ya distinguen y etiquetan a sus compañeros: al flojo, al listo, al grosero, etc. Lo curioso es que como yo no conocía dichas etiquetas, traté a cada niño como si fueran inteligentes y trabajadores, resultado: todos trabajaron y 25 chicos terminaron a tiempo la actividad programada, el resto tardó cinco minutos más.

Los niños son inteligentes, creativos y curiosos desde el nacimiento, los problemas en la escuela surgen cuando se matan esas cualidades y se intenta estandarizar a los seres humanos como si fueran un producto hecho en una fabrica.

¿O tú que opinas al respecto?